lunes, 8 de marzo de 2010

A votar, pague 1 lleve 2


Una de las mejores estrategias de mercadeo para vender productos poco apetecidos es la de "Pague 1 lleve 2" que consiste en una buena y rentable manera de vender un producto no tan bueno junto con otro bien atractivo. Esta estrategia básica de mercadeo me la enseñó alguna vez un profesor de microenomía mientras explicaba un concepto de maximización de las firmas, y para las elecciones del próximo 14 de marzo decidí aplicarlo con mis amigas. Tal vez no sea una gran iniciativa, no marque la diferencia ni tampoco determine algún umbral, pero por algo hay que empezar para salir de esta apatía política en la que vivimos.

Con mis amigas del colegio solimos reunirnos como mínimo una vez al mes a hacer los que las abuelitas llaman un "costurero" y en este mes decidí adelantarlo y programarlo para el próximo domingo, día de las elecciones. El combo que propuse consiste en ir a votar y después ir a almorzar aprovechando que todas tenemos inscritas la cédula en el mismo sitio, un poco lejos de donde vivimos. Sobra decir cual es el "producto atractivo" en este caso, pues tanto para ellas como para muchos de mis pares resulta poco trascendental votar estas elecciones. La pregunta que viene al caso entonces es por qué hay necesidad de crear este tipo de "estrategia" e incetivos para lograr que los jóvenes nos animemos y salgamos a votar?

Resulta increíble que hoy en día una persona jóven que entiende ó se interese por temas de la actualidad del país se crea que va a terminar haciendo carrera política y siendo a temprana edad Edil de Chapinero. En mi caso particular nunca me postularía a un cargo de elección popular ni siquiera para la administración de mi edificio pero sí creo que acá hay mucho por hacer y por entender. Sin embargo, la gran mayoría de jóvenes están padeciendo la enfermedad de la "apolítitis" y poco ó nada les interesa. Alguna vez en una conferencia sobre políticas públicas oí decir algo que me pareció bastante acertado y era que todo el mundo era político y que política no es sólo elección popular. Lo que sucede en realidad es que el país también es con nosotros y no sólo de quienes se dice ó se cree son "políticos".

El concepto y la idea de política es algo cofuso y se ha venido desdibujado poco a poco en la generación "Post Galán", de la cual yo hago parte. Crecimos en una década llena de escándalos con un debilitamiento profundo de las instituciones, una época en que el narcotráfico permeó la política, crecimos oyendo de masacres y secuestros, crecimos llenos de miedo, miedo a viajar, a recorrer el país, a visitar nuestras fincas. Crecimos siendo dirigidos por una élite que pensó con poca intelgencia y poca generosidad. Tal vez esto puede explicar la falta de interés, la falta de credibilidadad, y después de todo la falta de motivación por la política en nuestra generación.

Últimanente nos hemos decidicado a vivir indignados, indignados con el tráfico, con el alcalde, con la guerilla, en fin razones para estar indignado sobran. La indignación es un símbolo de status intelectual y social pero que resulta poco útil a la hora de querer generar cambio. Para ello hay que ir más allá de esta sensación, hay que participar, hay que dirigir, hay que pensar, hay que construir futuro, éste empieza por nosotros mismos y no solamente por quienes aspiran o tienen una curúl en el Congreso. Hay que exigir, exigir resultados, necesitamos ser participes para que el país empiece a ser gobernado por buenas ideas. Tenemos la oportunidad de hacer nuestro aporte, porque como alguna vez lo dijo Luis Carlos Valenzuela "sin un buen Congreso no hay democracia y sin democracia casi nada vale la pena".

Voten por quien se les de la gana, quien mejor les parezca, pero voten! Lean alguito, que esta semana es prácticamente de lo único que se habla, y miren quien les gusta si todavía no saben. Tenemos el poder, y el poder trae responsabilidades, la nuestra esta en ser élite no por la riqueza ni mucho menos sino por las oportunidades y la educación que hemos tenido y recibido. Por eso nuestra responsabilidad va mucho más allá de la indignación o de hacer parte del Congreso de la República. Esa, es sólo una de las tantas maneras de ejercer el poder, de generar cambio, y cada uno deberá ejercer la que más le guste. El reto es grande pero empieza ahora y desde nosotros mismos.