lunes, 26 de septiembre de 2011
El gabinete gomelo
En las últimas semanas con los cambios que ha tenido el gabinete del presidente Santos, no han sido pocos los que han saltado a hablar sobre el perfil de los integrantes de este gabinete del este gobierno que, como lo ha descrito La Silla Vacia es "tecnocrático, integrado por profesionales con alto grado de formación académica….economistas o abogados, de la Universidad de los Andes". Hasta ahí la cosa no es grave, grave es cuando a punta de prejuicios, se empieza a poner en duda la conveniencia de este equipo y que las decisiones más importantes de un país tan diverso estén en manos de personas que desconocen muchas realidades que desde Bogotá no se alcanzan a ver.
No ha habido medio en donde no se haya comentado sobre la tecnocracia cachaca en el poder. María Isabel Rueda afirmó que así como a Uribe se le criticó la abundancia de paisas en su gabinete, ahora Santos había hecho lo propio con los bogotanos; Semana por su parte afirmó que en un equipo de gobierno compuesto en alto grado por economistas bogotanos de la Universidad de los Andes, Angelino era una rueda suelta"; Juanita León en La Silla Vacia, definió a este gabinete como un grupo homógeneo, en el que todos eran sacados del mismo molde y Cecilia López en Kienyke fue más allá y afirmó que en un país de regiones desiguales como Colombia, con tanta diversidad cultural y tanta pobreza, dejar que un grupito de bogotanos de una universidad de élite ande tomando decisiones cruciales para todo el país era cosa seria. Hasta La Luciérnaga a punta de imitaciones a los ministros gomelos ha echado una que otra puyita.
Hay algo que no termina de cuadrar en todo este cuadro que están pintando. Que sean personas que saben de política económica, dominen temas áridos como una línea de pobreza, los canjes de deuda, la movilidad social y hagan cálculos del precio a la gasolina, no quiere decir que desconozcan la importancia de la economía política ni mucho menos que carezcan de algún tipo de sensibilidad social. Eso no sólo resultaría absurdo sino también contradictorio ¿Por qué entonces, Juan Carlos Echeverry impulsó una reforma a las regalías, que tiene como principal objetivo favorecer e impulsar el desarrollo de las regiones más pobres del país?
Seguramente una persona de Agua Chica, Cesar no sabe, ni tal vez le interese entender como le afecta, o más bien como le beneficia que recientemente el Ministerio de Hacienda haya batido el record de colocación de canje de deuda pública interna, mediante el cambio del vencimiento de títulos TES con la emisión de un nuevo bono con vencimiento en 2026 por un monto de $6.4 billones, al 7.56%, a Tasa Fija, denominado en pesos con plazo de 15 años.
Sin embargo, aunque esto suene sofisticado y lejano para la gran mayoría de colombianos, no obedece exactamente a un capricho "nerd" de un grupito de bogotanos estiradísimos para que sus números cuadren mejor, y se vean mas bonitas sus tablas y gráficas en Excel. No. Y todo lo contrario. Seguramente es canje que el Ministerio de Hacienda, ayudará a garantizar la conexión de energía electrica o el saneamiento básico durante los próximos años en ese “lejano” municipio de Aguachica, Cesar.
Además si bien hay varios ministrros que se puede decir comparten perfiles similares, es un error decir que "todos son cortados con la misma tijera" por más uniandinos que sean. Por ejemplo, Frank Pearl, si bien es economista de Los Andes, está lejos de encajar dentro del perfil de tecnocráta, ex - Fedesarollo con varias publicaciones académicas en su haber. El nuevo Ministro de Medio Ambiente, es más bien el típico caso de un empresario que después de aburrirse del coorporativismo y el mundo empresarial, decide dedicarse a labores menos capitalistas, que ayudan a salvar al mundo como lo son trabajar con ex combatientes del conflicto armado o en pro del medio ambiente.
Tal vez si les va mal a este grupito de tecnocratas, a Argelino, el populismo y sus secuases les vaya divinamente y no tendrán que hacer mucha campaña en el 2014. En cambio, al presidente Santos y al ministro Vargas Lleras no les iría tan bien, tendrían que dejar para después sus aspiraciones relecionistas y presidencialistas, respectivamente. No tanto por no haber cuidado bien los huevitos sino por haber puesto varios en una misma canasta. Por apostarle a la tecnocracia. Y todo esto exagerando un poco la cosa porque al gobierno le mal puede ir por muchas otras razones. Sin embargo, no extrañaría que los tecnocrátas terminarán cargando el bulto.
Acá el punto de discusión no debe ser de ideologías, odios ni pasiones, mucho menos basado en regionalismos. La representación es esencial en el Congreso pero en el gabinete lo verdaderamente importante siempre debería ser la preparación, la gabinetología debería basarse la claridad en los conceptos y el deseo de aplicarlos. ¿Por qué tener tantas dudas y prevenciones sobre personas que se quieren dar la pela, que se han pasado años estudiando y tratando de entender algunas de las problemáticas más complejas que tiene este país?
Si las políticas y reformas al final de este gobierno no salen bien y no hay muchos resultados que mostrar, es posible entonces que le vaya mal a los bogotanos, le vaya mal a los economistas y le vaya mal a la tecnocracia pero lo peor de todo es que le iría mal al país. Ojalá no suceda así. Por ahora, hay que dejarlos hacer la tarea, que dejen ver de qué son capaces y qué tan cierto es que no conocen bien el país. Es pobre y feo dejarse llevar por los prejuicios. La cuenta nunca se pasa antes de que el plato esté servido. En un gabinete mas vale la preparación que la representación.
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