domingo, 2 de noviembre de 2014
Somos bichos raros
Sí. Somos bichos raros aquellos que queremos trabajar por el país desde el sector público y creemos que vale la pena. Esos que queremos postergar nuestra propia prosperidad por trabajar por la prosperidad de un país; el cual independiente de la procedencia social y regional que tengamos nos ha ofrecido una historia y una realidad hostil, de libertades coartadas hasta para hablar tranquilamente por celular en la calle; y de oportunidades limitadas hasta para acceder a una buena educación, donde saber hablar bien inglés parece un privilegio exclusivo de un niño de un colegio privado, elegante y bilingüe.
Sin embargo, algunos por bichos raros o más bien porque un bicho raro nos picó, no le medimos al reto de trabajar en oficinas viejas y feas, donde no pagan bono a final de año y donde llegar a tener un contrato laboral con prestaciones es toda una lotería. Sobre todo, me impresiona como independiente de nuestra ideología creemos que a pesar de todo, esto puede mejorar y que por eso, acá hay mucho por hacer. Así cobran sentido todas las gráficas, documentos, discusiones y viajes a sitios recónditos de nuestra geografía para entender mejor nuestra realidad y llegar a ofrecer soluciones. Somos también los mismos que nos aburre el escepticismo, el pésimo y la indignación inútil de los "Ricardos Silva", pues sólo creen que Colombia tiene salida cuando James y Falcao hacen gol o cuando Nairo llega a la cima de una montaña.
Con frecuencia, en reuniones sociales a uno lo miran con cierta incomprensión y curiosidad, familiares y amigos por haberse metido en esa "vaca loca" que es el sector público. Sin importar la rama, las razones de tal incomprension nunca faltan. Los del Ejecutivo por el riesgo de que las ideas sean opacadas injustamente por algún vicio de esos que abundan en la burocracia es muchas veces alto, o porque la Contraloría o la Procuraduría "nos clave",también porque no estamos haciendo ni construyendo nuestro propio capital o simplemente por dificultad para lograr mover ese animal paquiadermico que es el Estado, termine frustrando nuestras intenciones para generar algún tipo de cambio positivo.
A los del Legislativo no les toca menos fácil. Es que el Congreso, el "Honorable Congreso", es de las más débiles y desgastadas instituciones que tenemos en Colombia, con una no mal ganada imagen negativa en todos los sectores de la sociedad. Luchar contra la demagogia del Congreso no debe ser nada fácil. Pero es precisamente en el Capitolio donde también tienen que entrar ese tipo de jóvenes dispuestos a dar peleas, a trasnochar con buenos argumentos en los debates, a luchar contra las maquinarias o por lo menos a influenciarlas y redireccionarlas, para ver si logramos algún día eso que aquí se ha vuelto casi que un lugar común: la renovación del Congreso.
El país debe estar por lo menos orgulloso de que en esta generación un puñado de jóvenes, que no son pocos, se le están midiendo a trabajar por el país. Porque además se han preparado y han estudiando en algunas de las mejores universidades del mundo y han decidido ir, y volver para quedarse aún cuando no sea exactamente para devolvearle al país todo este nos ha dado. En cambio, lo han hecho para trabajar juntos y hacer de esto un mejor país. Es de alguna forma, hacer las pases con un pasado reciente difícil en el cual nos toco crecer, y también con una generación, la de nuestros padres, que por una que otra razón, les quedo grande el país.
Ojalá cada vez haya más bichos raros como estos y que nunca pero nunca se corra el riesgo que se vuelvan una especie en vía de extinción pues el país necesita de ellos, de nosotros y de todos.
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congratulations keep faith
ResponderEliminarExc Clau! Gracias por ser bicho raro! :) Mis futuros hijos y yo te lo agradecemos.
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