sábado, 26 de febrero de 2011

A Nobel "to be": Pascual Restrepo


Mientras yo estoy escribiendo sobre él, no dudo que este personaje esté en este momento parado en una mesa con una botella de aguardiente en la mano bailando reguetton y celebrando como sino hubiera mañana porque fue aceptado para hacer un doctorado en Harvard. Han pasado varios años desde que el último estudiante colombiano fue aceptado para hacer un Doctadorado de economía en ésta universidad.

Tal ves no se trate de escribir sobre Pascual sino sobre lo que él representa: la definición, o mejor, la personificación de la genialidad. La historia de "Pas" es digna de esos personajes que nacen para hacer historia. Que logran como bien diría María Mercedes Cuellar pueden mover en varios grados a un animal paquiadrmico. Dicen que era negado para las matemáticas, que los profesores en el colegio lo daban como un caso pérdido. Hasta que un buen día el niño cogió el Algebra de Baldor se la llevó a la casa y unos días después volvió con ella resuelta, desde ese día recorrió casí todo el mundo representando a Colombia en olimpiadas matemáticas.

Lo conocí jugando en un experimento en una clase de microeconomía y unos meses después empezamos a compartir oficina como asistentes de investigación y fuen en "La pecera" como le decían a nuestra oficina donde realmente nos pudímos hacernos amigos. Si hay un lujo entrañable de la academia es que no hay horarios, que pocas muy pocas veces se dan incendios que necesitan que el tiempo se detenga. Por eso, hay espacio para breaks que pueden alargarse hasta horas si la charla lo amerita. Eso nos permetía a Pascual y a mí tener converaciones en las que empezabamos hablando de economía y política para después terminar hablando de amor. (hay que leer su blog para darse cuenta que este es un tema recurrente en él).

Siempre dijé que a él le gustaba jugar a Nash escribiendo en el vidrio de la oficina ecuaciones que podían durar semanas decorando nuestra pecera. Un día después de una conferencia a la que asistimos de Hausman llegó tan encantando con el cuento de los micos y la selva que se sentó a replicar el módelo y en par segundos lo tenía corriendo. En clases pocas veces tomaba apuntes pero sorprendía con su memoria al preguntarle la respuesta de una extensa ecuación en un parcial. En fin, anécdotas sobre la genialidad de este personaje sobran para contar.

Lo que que es más sorprendente de su genialidad es que está oculta bajo la apariencia de jóven sencillo. Paisa de pura sepa. Pascual no es el típico tipo "nerd" pedante y socialmente torpe. No. Este no era su caso y ahí empieza parte de su genialidad, se desenvuelve con igual facilidad exponiendo un paper como coquetiándole a una niña, no fueron pocos los corazones que palpitaban y otros que sucumbieron bajo los encantos de Pascual.

Me alegra por él su entrada a Harvard. Me alegra también por el país, porque con casos como este dan ganas de apostarle al futuro y decir que, en esté país sí hay con qué. A los que hagan política tomen nota de este nombre porque en unos años oíran de él y seguramente querrán tenerlo en su gabinete. A mi siempre me molestó por técnocrata y burocráta, hasta de pronto algo de razón tenía, y de ser así, me comprometo desde ya a transmitir e intentar aplicar la brillantez de sus ideas. Por último, sólo me queda decir como bien diría mi papá: este muchacho paisa tenía que ser!

3 comentarios:

  1. Ese cuento del Baldor se lo inventó usted, y es un insulto para los matemáticos que se lo invente, porque el Baldor no tiene nada de matemáticas, es diez mil veces el mismo ejercicio. Si mucho Pascual habrá tenido ese libro en sus manos más de diez segundos.

    Por otro lado, ¿qué tienen de malo los "típicos nerds"? No son ni más ni menos pedantes que el grueso de la población; usted se deja guiar por estereotipos de películas Hollwooodenses. Su comentario es muy despectivo y parece hecho por una *típica* niña adolescente muy pendiente de lo "cool".

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    1. Hola, Soy prima de Pascual y lo conozco.
      Es cierto lo que dice la nota, Pascual es fuera de lo común.
      Más bien deberíamos alegrarnos por las habilidades de otros.
      Pascual es de buen corazón y seguramente pondrá su inteligencia al servicio de otros.
      Con calma, vivimos mejor

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  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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