jueves, 15 de diciembre de 2011

¿Las universidades para qué?


Siempre me ha gusta la definición y explicación que le ha dado Alejandro Gaviria sobre para que son las instituciones educativas de educación superior. Acá abajo lo cito, tomando de un comentario de su blog.


"los economistas partimos de una realidad más o menos obvia: las instituciones educativas son varias cosas a la vez.

Primero, son productoras de capital humano, esto es, de conocimientos específicos que incrementan la productividad laboral y por ende los salarios.

Segundo, son centros de acreditación, esto es, lugares que permiten reducir la asimetría de información entre empleadores y empleados, que certifican ciertas competencias mínimas.

Tercero, son clubes sociales, lugares donde se hacen conexiones, donde se acumula capital social.

Y cuarto, son ámbitos de reflexión, lugares donde se piensan las peguntas sin respuesta que han preocupado desde siempre a la humanidad."

sábado, 29 de octubre de 2011

¿Yo estoy indignadisima y tú?



Si. Yo estoy indignadisima, y además de eso asustadisima, preocupadisima porque a no ser de que algo inesperado suceda el lunes día de las brujas los bogotanos nos despertaremos con un esperpento de Alcalde. Ojala pudieramos aplicar un "treat or trick¨ y salvarnos de lo que se nos viene. La cosa esta para taparse los ojos y hasta romper la ley seca para ahogar la pena. Es que no es para menos, lo que se viene no va a ser como el caso del presidente Santos, que aunque muchos estaban escépticos de lo que podía ser su gobierno no ha hecho más que dar sorpresas y dejar muchos callados. Ese no va a ser el caso de Petro Alcalde, va a ser en cambio la muestra de que cuando las cosas están mal siempre pueden estar peor.

Últimamente la gente anda indignada por muchas razones, sobre todo los bogotanos por el estado en que se encuentra la ciudad. Un poco arriba (Wall Street) y un poco abajo (Chile) protestan, y nosotros justo en la mitad ¿Por qué protestamos? ¿Quién lidera? ¿Quién "jala" a los demás para unirse por una causa, cualquiera que sea? ¿Qué nos mueve? A primera vista pareciera que sólo fútbol nos jala, nos une, porque aunque nunca ganemos ahí seguimos teniendo fé y esperanza. Hagamos una rápida revisión de las protestas que ha habido en el país recientemente: 1. la protesta de trabajadores de Pacific Rubiales - 2. la Protesta Estudiantil.

La primera es una clásica protesta sindical mezclada con otros factores de orden pùblico y social que encuentran caldo de cultivo cuando el río esta revuelto. Era apenas normal y previsible que que ante la llegada de un moustro como Pacific Rubiales a una tierra del olvido como era hasta hace algunos años la Orinoquía. Sin importar las codiciones laborales que ofrece la empresa y beneficios que ésta empresa ofreciera, la comunidad saliera a pedir más. Los "social rent seekers" también existen. Y se alborotan cuando se tiene un vicepresidente rueda suelta que hace eco a todas sus súplicas hasta el punto que la compañía ya se aburrió, y esta a punto de cerrar operaciones.

La segunda, una protesta estudiantil por un proyecto de ley que busca reformar la educación superior, en días pasados 20.000 estudiantes marcharon por las calles de Bogotá para manifestar su oposición a la reforma educativa. Colombia gasta 4.7% del PIB en educación y lo que es clave en la discusión es como hacer un mejor uso y más eficiente de esos recursos existentes. Eso sin hablar el verdadero cuello de botella de la educación en Colombia esta que es la educación primaria, secundaria y preescolar. Acá una cantidad de jovenes que están en todo su derecho a protestar, parece que entienden muy poco del problema. Ahí si como dice el dicho "primero mi primaria".

Hay que reconocerles a los sindicalistas y estudiantes, su unión y organización por la que consideraron su causa. Actuaron. Seguramente al principio se indignaron y por eso la indignación es buena, sirve para despertarse y salir de la indiferencia. La indignación no siempre es inútil, a veces es un buen primer pellizco. Lo clave es indignarse cortico, reaccionar rápido y hacer algo al respecto, o al menos intentarlo. Lo grave es cuando eso no trasciende y nos quedamos simplemente comentando indignados en las sobremesas sobre la crisis en la que se encuentra Bogotá.

Ojalá mañana 30 de Octubre, salgamos todos masivamente a votar. Ojalá salgan todos los indignados que tanto se quejan por el "hueco en el que se encuentra Bogotá", ojalá salgan los arrepentidos por no haber votado en las pasadas elecciones y ojala salgan los también arrepentidos, pero por haber votado por Samuel Moreno. Sería una manera de reconocer nuestro error al elegir mal a nuestros gobernantes o simplemente nuestra indiferencia al no haberlos elegido. Ya nos dimos cuenta las consecuencias que esto trae. Si salimos, votamos y elegimos bien, las cosas podrían estar cambiando para bien.

La ley seca (menos empezando el sábado a las 6pm del sábado) no va a evitar ni borrachitos, ni mucho menos fiestas de halloween. Eso lo de menos, lo importante y lo de más es que mañana lleguemos a votar, que lleguen a ángeles, vaqueras y hasta diablas con poca ropa ¿por qué, no? serían unas eleciones pintorescas. Confirmaría eso de lo que han hablado varios candidatos, que Bogotá es una ciudad 24 horas que nunca no duerme. Mañana tendremos la oportunidad de demostrar que la ciudad y el país sí nos importa y que para bien o mal las cosas que hagamos o dejemos de hacer si nos afectan a todos.

Salgamos a votar enguayados o disfrazados, eso que importa, eso no nos quita, pero si nos pone como ciudadanos, nos da además derecho a exigirle a quienes elijamos mañana que cumplan lo que han prometido en campaña, y de paso aseguraremos que los micos, elefantes, ladrones y piratas se queden en Halloween. Si todos ponemos evitaremos ver a un populista disfrazado de progresista gobernandonos en los próximos años. Este domingo tenemos la oportunidad de pasar de la indiganación a la acción, no la dejemos pasar. Salgamos a votar y no nos equivoquemos.

lunes, 26 de septiembre de 2011

El gabinete gomelo



En las últimas semanas con los cambios que ha tenido el gabinete del presidente Santos, no han sido pocos los que han saltado a hablar sobre el perfil de los integrantes de este gabinete del este gobierno que, como lo ha descrito La Silla Vacia es "tecnocrático, integrado por profesionales con alto grado de formación académica….economistas o abogados, de la Universidad de los Andes". Hasta ahí la cosa no es grave, grave es cuando a punta de prejuicios, se empieza a poner en duda la conveniencia de este equipo y que las decisiones más importantes de un país tan diverso estén en manos de personas que desconocen muchas realidades que desde Bogotá no se alcanzan a ver.

No ha habido medio en donde no se haya comentado sobre la tecnocracia cachaca en el poder. María Isabel Rueda afirmó que así como a Uribe se le criticó la abundancia de paisas en su gabinete, ahora Santos había hecho lo propio con los bogotanos; Semana por su parte afirmó que en un equipo de gobierno compuesto en alto grado por economistas bogotanos de la Universidad de los Andes, Angelino era una rueda suelta"; Juanita León en La Silla Vacia, definió a este gabinete como un grupo homógeneo, en el que todos eran sacados del mismo molde y Cecilia López en Kienyke fue más allá y afirmó que en un país de regiones desiguales como Colombia, con tanta diversidad cultural y tanta pobreza, dejar que un grupito de bogotanos de una universidad de élite ande tomando decisiones cruciales para todo el país era cosa seria. Hasta La Luciérnaga a punta de imitaciones a los ministros gomelos ha echado una que otra puyita.

Hay algo que no termina de cuadrar en todo este cuadro que están pintando. Que sean personas que saben de política económica, dominen temas áridos como una línea de pobreza, los canjes de deuda, la movilidad social y hagan cálculos del precio a la gasolina, no quiere decir que desconozcan la importancia de la economía política ni mucho menos que carezcan de algún tipo de sensibilidad social. Eso no sólo resultaría absurdo sino también contradictorio ¿Por qué entonces, Juan Carlos Echeverry impulsó una reforma a las regalías, que tiene como principal objetivo favorecer e impulsar el desarrollo de las regiones más pobres del país?

Seguramente una persona de Agua Chica, Cesar no sabe, ni tal vez le interese entender como le afecta, o más bien como le beneficia que recientemente el Ministerio de Hacienda haya batido el record de colocación de canje de deuda pública interna, mediante el cambio del vencimiento de títulos TES con la emisión de un nuevo bono con vencimiento en 2026 por un monto de $6.4 billones, al 7.56%, a Tasa Fija, denominado en pesos con plazo de 15 años.

Sin embargo, aunque esto suene sofisticado y lejano para la gran mayoría de colombianos, no obedece exactamente a un capricho "nerd" de un grupito de bogotanos estiradísimos para que sus números cuadren mejor, y se vean mas bonitas sus tablas y gráficas en Excel. No. Y todo lo contrario. Seguramente es canje que el Ministerio de Hacienda, ayudará a garantizar la conexión de energía electrica o el saneamiento básico durante los próximos años en ese “lejano” municipio de Aguachica, Cesar.

Además si bien hay varios ministrros que se puede decir comparten perfiles similares, es un error decir que "todos son cortados con la misma tijera" por más uniandinos que sean. Por ejemplo, Frank Pearl, si bien es economista de Los Andes, está lejos de encajar dentro del perfil de tecnocráta, ex - Fedesarollo con varias publicaciones académicas en su haber. El nuevo Ministro de Medio Ambiente, es más bien el típico caso de un empresario que después de aburrirse del coorporativismo y el mundo empresarial, decide dedicarse a labores menos capitalistas, que ayudan a salvar al mundo como lo son trabajar con ex combatientes del conflicto armado o en pro del medio ambiente.

Tal vez si les va mal a este grupito de tecnocratas, a Argelino, el populismo y sus secuases les vaya divinamente y no tendrán que hacer mucha campaña en el 2014. En cambio, al presidente Santos y al ministro Vargas Lleras no les iría tan bien, tendrían que dejar para después sus aspiraciones relecionistas y presidencialistas, respectivamente. No tanto por no haber cuidado bien los huevitos sino por haber puesto varios en una misma canasta. Por apostarle a la tecnocracia. Y todo esto exagerando un poco la cosa porque al gobierno le mal puede ir por muchas otras razones. Sin embargo, no extrañaría que los tecnocrátas terminarán cargando el bulto.

Acá el punto de discusión no debe ser de ideologías, odios ni pasiones, mucho menos basado en regionalismos. La representación es esencial en el Congreso pero en el gabinete lo verdaderamente importante siempre debería ser la preparación, la gabinetología debería basarse la claridad en los conceptos y el deseo de aplicarlos. ¿Por qué tener tantas dudas y prevenciones sobre personas que se quieren dar la pela, que se han pasado años estudiando y tratando de entender algunas de las problemáticas más complejas que tiene este país?

Si las políticas y reformas al final de este gobierno no salen bien y no hay muchos resultados que mostrar, es posible entonces que le vaya mal a los bogotanos, le vaya mal a los economistas y le vaya mal a la tecnocracia pero lo peor de todo es que le iría mal al país. Ojalá no suceda así. Por ahora, hay que dejarlos hacer la tarea, que dejen ver de qué son capaces y qué tan cierto es que no conocen bien el país. Es pobre y feo dejarse llevar por los prejuicios. La cuenta nunca se pasa antes de que el plato esté servido. En un gabinete mas vale la preparación que la representación.

miércoles, 30 de marzo de 2011

¿Por qué trabajar en el Sector Público?


Son las 6pm, Windows se está cerrando cuando de pronto aparece una voz diciendo: "el ministro acaba de llamar que necesita saber cuanto es el costo fiscal de bajar en x puntos tal impuesto. Lo necesita para mañana a primera hora, saca el datico y hazte una grafiquita que lo muestre, listo?

Simón Gaviria mandó un derecho de petición de veintipico preguntas sobre los contratos de estabilidad jurídica? hay plazo hasta mañana para responderlo, ok? También mandaron las correcciones y modificaciones del proyecto de ley del PND eso también lo quiere el director para mañana. Mejor dicho, esto como que se alargo. ¿Pedimos pizza?

¿Vieron que El Tiempo publicó que el DNP se fue en lastre contra el Metro? y el Ministro de Transporte respondió diciendo que los funcionarios de está institución y del Ministerio de Hacienda eran unos morrongos, remolones y vacas muertas, que estorban el desarrollo del país?".

Y si todo esto es así, para que correr el riesgo entonces de ganarse una gastritis con por tanto tinto, cigarrillo y coca cola, para que después de todo en el mejor de de los casos le terminen diciendo vaca muerta y en el peor pueda terminar demandado? - ¿Vale la pena realmente todo esto? - ¿Por qué el sector público entonces?

Para empezar por cosas banales si se quiere, las oficinas de las entidades públicas son horribles, viejas y poco acogedoras. Ubicadas en su mayoría en zonas inseguras del centro (por cierto, no ha habido un alcalde que se meta en el cuento de recuperar el centro de Bogotá), donde salir a altas horas de la noche se convierte en toda una osadía.

En cuanto al vínculo laboral, irónicamente siendo el gobierno quien promueve la formalidad y la calidad del empleo, cuando se trabaja en el sector público casi siempre se tendrá un vínculo contractual de prestación de servicios, el cual implica tener todas las obligaciones y desventajas de un contrato laboral pero no obtener ninguno de sus beneficios.

Además, el proceso para el pago de los honorarios mes a mes es absolutamente tortuoso. Hay que hacer informes, pagos de seguridad social, la firma del supervisor del contrato, copias, papeles. En fin, una burocracia realmente desgastante para acceder a un pago que a decir verdad es poco competitivo frente a un salario del sector privado.

Después de todo lo anterior, ¿qué incentivos quedan para quienes estudiamos, quienes nos queremos dar la pela y proponer soluciones para un país que tanto tiene por resolver? la respuesta no es nada fácil, más aún si no se quiere caer en un discurso de tarima sobre actuado de cualquier político en campaña.

La verdad es que nada tiene más impacto que el sector público, es allá donde se determina el rumbo del país, donde se dan las condiciones para crezca, se desarrolle o también si no se hacen las cosas bien, se estanque. Cuando uno trabaja en el sector público está intentando generar cambios, esta intentando construir futuro.

Hace un años la ley 100 amplió la cobertura en salud a cerca de 20 millones de personas en diez años. Asimismo las leyes 142 y 143 sobre la regulación de servicios públicos y el sector eléctrico respectivamente, dieron las bases para el acceso y la cobertura de servicios públicos básicos a todos los colombianos. Quienes se sentaron allí e hicieron éstas reformas, construyeron futuro.

Sin embargo, es triste ver tanta gente tan brillante que ha pasado por sector público y que ha terminado escribiendo columnas de opinión o artículos académicos criticándolo. Otros han migrando al sector privado a volverse tranquilamente capitalistas, optando por hacer algo más concreto por el país y de alguna manera más fácil: generar empleo y pagar impuestos. Son duros ejemplos de resignación.

El asunto no es que no haya gente buena, porque la hay. El punto está en que hay que generar las condiciones y los incentivos para traerla al sector público. Eso empezaría por darnos un gran desarrollo insitucional. Para lograrlo, el sector público debería volverse competitivo, un lugar atractivo en donde el capital humano de primera quisiera estar. Mientras eso no pase el ego y el amor al arte no serán razones suficientes para querer trabajar en el gobierno.

Estamos muy equivocados si creemos que el sector público es pura filantropía y que los mejores van a llegar allá en un gesto de altruismo ejemplar. Llegará uno que otro cuando en lugar de montar una fundación prefiera irse al sector público a ayudar a combatir la pobreza u a dirigir programas como Colombia Humanitaria. Pero no es de ellos de quienes estamos hablando, ni a los únicos que necesitamos. A ellos bienvenidos, les damos las gracias.

Por último aunque es claro que hay que crear los incentivos y mejorar las condiciones laborales en el sector público, hay que decir también que vale la pena darse la pela. Necesitamos gente que piense con generosidad, que quiera dirigir pero sobre todo que quiera hacer las cosas bien. Los retos son muchos y para lograrlos necesitamos a los mejores.

sábado, 26 de febrero de 2011

A Nobel "to be": Pascual Restrepo


Mientras yo estoy escribiendo sobre él, no dudo que este personaje esté en este momento parado en una mesa con una botella de aguardiente en la mano bailando reguetton y celebrando como sino hubiera mañana porque fue aceptado para hacer un doctorado en Harvard. Han pasado varios años desde que el último estudiante colombiano fue aceptado para hacer un Doctadorado de economía en ésta universidad.

Tal ves no se trate de escribir sobre Pascual sino sobre lo que él representa: la definición, o mejor, la personificación de la genialidad. La historia de "Pas" es digna de esos personajes que nacen para hacer historia. Que logran como bien diría María Mercedes Cuellar pueden mover en varios grados a un animal paquiadrmico. Dicen que era negado para las matemáticas, que los profesores en el colegio lo daban como un caso pérdido. Hasta que un buen día el niño cogió el Algebra de Baldor se la llevó a la casa y unos días después volvió con ella resuelta, desde ese día recorrió casí todo el mundo representando a Colombia en olimpiadas matemáticas.

Lo conocí jugando en un experimento en una clase de microeconomía y unos meses después empezamos a compartir oficina como asistentes de investigación y fuen en "La pecera" como le decían a nuestra oficina donde realmente nos pudímos hacernos amigos. Si hay un lujo entrañable de la academia es que no hay horarios, que pocas muy pocas veces se dan incendios que necesitan que el tiempo se detenga. Por eso, hay espacio para breaks que pueden alargarse hasta horas si la charla lo amerita. Eso nos permetía a Pascual y a mí tener converaciones en las que empezabamos hablando de economía y política para después terminar hablando de amor. (hay que leer su blog para darse cuenta que este es un tema recurrente en él).

Siempre dijé que a él le gustaba jugar a Nash escribiendo en el vidrio de la oficina ecuaciones que podían durar semanas decorando nuestra pecera. Un día después de una conferencia a la que asistimos de Hausman llegó tan encantando con el cuento de los micos y la selva que se sentó a replicar el módelo y en par segundos lo tenía corriendo. En clases pocas veces tomaba apuntes pero sorprendía con su memoria al preguntarle la respuesta de una extensa ecuación en un parcial. En fin, anécdotas sobre la genialidad de este personaje sobran para contar.

Lo que que es más sorprendente de su genialidad es que está oculta bajo la apariencia de jóven sencillo. Paisa de pura sepa. Pascual no es el típico tipo "nerd" pedante y socialmente torpe. No. Este no era su caso y ahí empieza parte de su genialidad, se desenvuelve con igual facilidad exponiendo un paper como coquetiándole a una niña, no fueron pocos los corazones que palpitaban y otros que sucumbieron bajo los encantos de Pascual.

Me alegra por él su entrada a Harvard. Me alegra también por el país, porque con casos como este dan ganas de apostarle al futuro y decir que, en esté país sí hay con qué. A los que hagan política tomen nota de este nombre porque en unos años oíran de él y seguramente querrán tenerlo en su gabinete. A mi siempre me molestó por técnocrata y burocráta, hasta de pronto algo de razón tenía, y de ser así, me comprometo desde ya a transmitir e intentar aplicar la brillantez de sus ideas. Por último, sólo me queda decir como bien diría mi papá: este muchacho paisa tenía que ser!